Relatos de una aprendiz de investigadora

Vivir sin pasión es no vivir, porque vivir es tomar hasta la última gota del elíxir de la vida, es sentir que la sangre corre por las venas, respirar por cada poro del cuerpo; aprender, leer, investigar… Descubrir es una de las mayores pasiones de mi existencia, y ese entusiasmo me llevó a buscar alterna- tivas para continuar mis estudios de posgrado. He escucha- do que las cualidades de las personas, cuando no se asumen con sabiduría, pueden traer verdaderas dificultades: yo postergué por un tiempo mi pasión, la continuidad de mis estudios; atendí mi vida personal, esperando que mis pe- queños alcanzaran un poco más de independencia y conso- lidando al mismo tiempo mi carrera como maestra de pri- maria, lo cual implicó un beneficio económico nada des- preciable en tiempos de crisis.